¿Qué son las fistulas y como se tratan?

colitis ulcerosa enfermedad de crohn Nov 03, 2023
¿Qué son las fistulas y como se tratan?

Las fístulas intestinales son conexiones anormales que se forman entre dos partes del tracto gastrointestinal o entre el intestino y otros órganos cercanos. La característica clave de estas conexiones es que en condiciones normales, no deberían existir. Estas fístulas actúan como "puentes" entre diferentes áreas del cuerpo, permitiendo que los contenidos intestinales, como alimentos no digeridos, heces o líquidos digestivos, fluyan hacia áreas donde no deberían estar presentes.

Existen varios tipos de fístulas intestinales, y las más comunes incluyen:

Fístulas digestivas

Las fístulas digestivas se forman en el propio tracto gastrointestinal y son a menudo el resultado de enfermedades inflamatorias del intestino, como la enfermedad de Crohn. Estas fístulas pueden desarrollarse entre diferentes partes del intestino o incluso entre el intestino y otros órganos.

Fístulas anales

Estas fístulas se encuentran entre el canal anal o el recto y la piel circundante. Son conocidas por ser dolorosas y por causar la secreción de pus o sangre. Las fístulas anales pueden surgir debido a infecciones o abscesos en la zona anal.

Fístulas urinarias

Las fístulas urinarias conectan el tracto urinario con la vagina o la piel. Esto puede dar lugar a infecciones urinarias recurrentes, incontinencia urinaria y escape de orina.

Fístulas ginecológicas

Las fístulas ginecológicas se originan entre la vagina y el recto o la vejiga, lo que puede causar dolor pélvico, infecciones y complicaciones menstruales.

Causas de las fístulas intestinales

Las fístulas intestinales pueden surgir debido a diversas razones, y las causas varían según la ubicación específica de la fístula. Algunas de las causas más comunes incluyen:

Enfermedades inflamatorias del intestino (EII)

Las enfermedades inflamatorias del intestino, como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, pueden causar inflamación crónica en el tracto gastrointestinal. Esta inflamación aumenta significativamente el riesgo de formación de fístulas intestinales, especialmente en el caso de la enfermedad de Crohn.

En el caso de la enfermedad de Crohn, la inflamación crónica puede causar daño a todas las capas de la pared intestinal, desde la mucosa hasta la serosa. Cuando esta inflamación crónica y la destrucción del tejido se producen en diferentes partes del tracto gastrointestinal, el riesgo de formación de fístulas aumenta significativamente. Esto se debe a que la inflamación puede debilitar las paredes intestinales y crear áreas propensas a la perforación y la formación de conexiones anormales.

La enfermedad de Crohn también es conocida por su tendencia a afectar áreas discontinuas del intestino. Esto significa que puede haber tejido intestinal sano entre las áreas afectadas por la enfermedad. La combinación de inflamación crónica y áreas debilitadas de tejido intestinal crea un ambiente propicio para la formación de fístulas, ya que las fístulas son esencialmente conexiones anormales entre áreas dañadas y áreas relativamente sanas del intestino.

Diverticulitis

La diverticulitis implica la inflamación de pequeños sacos o divertículos en el intestino grueso. En casos graves, esta inflamación puede llevar a la formación de fístulas. 

Cuando un divertículo inflamado se rompe o perfora, el contenido intestinal, que puede contener bacterias y material fecal, puede escapar hacia el área circundante en la cavidad abdominal. Esta fuga puede llevar a la infección y la formación de un absceso, que es una acumulación de pus en el área inflamada. A medida que la infección y la inflamación avanzan, la pared del colon y las estructuras adyacentes pueden debilitarse, lo que crea un camino anormal de conexión entre el colon y otros órganos o la piel. Esto es lo que se conoce como una fístula.

Las fístulas en la diverticulitis pueden formarse hacia diversas áreas del cuerpo, pero a menudo se dirigen hacia las áreas circundantes, como la vejiga, el útero o la piel. Cuando una fístula se forma entre el colon y la vejiga, se denomina fístula colovesical. Si se conecta al útero, se conoce como fístula colouterina, y si se abre hacia la piel, se llama fístula colocutánea.

Infecciones del tracto gastrointestinal

Infecciones graves, como la enfermedad pélvica inflamatoria o la tuberculosis intestinal, pueden provocar la formación de fístulas intestinales. Las infecciones pueden debilitar los tejidos y llevar a la creación de conexiones anormales. 

Las fístulas relacionadas con la enfermedad pélvica inflamatoria pueden tener diversas ubicaciones, como las fístulas colouterinas, que conectan el colon con el útero, o las fístulas colovaginales, que conectan el colon con la vagina. Estas fístulas pueden causar una variedad de síntomas, como secreción de pus o heces a través de la vagina, dolor pélvico y complicaciones reproductivas.

La tuberculosis intestinal es una forma menos común de tuberculosis, que es causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis. Cuando esta bacteria afecta al sistema gastrointestinal, puede dar lugar a la inflamación crónica en el tracto intestinal. Esta inflamación prolongada puede llevar a la formación de abscesos y, en consecuencia, a la formación de fístulas.

Cáncer

La presencia de un tumor canceroso en el tracto gastrointestinal puede erosionar los tejidos circundantes y dar lugar a la formación de fístulas. Aunque esto es menos común, es una complicación seria.

Los tumores cancerosos que se desarrollan en el tracto gastrointestinal pueden tener efectos devastadores en los tejidos circundantes. A medida que el tumor crece, puede invadir y erosionar las estructuras normales del tracto gastrointestinal, como las capas de la pared intestinal y los órganos adyacentes. Esta invasión es lo que puede llevar a la formación de fístulas gastrointestinales.

Lesiones traumáticas

Un trauma, como una cirugía abdominal previa o un procedimiento médico, puede dañar los tejidos intestinales y provocar la formación de fístulas.

La formación de fístulas después de un trauma, cirugía o lesión en el tracto gastrointestinal suele ser una complicación poco común, pero es una posibilidad. Cuando se produce daño a los tejidos intestinales y se forma una abertura anormal, pueden ocurrir varias situaciones:

  • Fístulas Internas: En algunos casos, una fístula puede formarse internamente, creando una conexión anormal entre dos partes del tracto gastrointestinal. Esto puede resultar en síntomas como dolor abdominal, diarrea y pérdida de peso.

  • Fístulas Externas: En otros casos, una fístula puede conectarse con la piel, lo que puede dar lugar a la secreción de pus o material fecal a través de una abertura en la piel.

  • Infección: Las fístulas, ya sean internas o externas, pueden ser propensas a la infección debido a la exposición de los contenidos intestinales a otras áreas del cuerpo. Esto puede dar lugar a fiebre y malestar general.

Síntomas de las fístulas intestinales

Los síntomas de las fístulas intestinales pueden variar según su ubicación, tamaño y gravedad. Algunos de los síntomas comunes que las personas con fístulas intestinales pueden experimentar incluyen:

Dolor Abdominal: 

El dolor es un síntoma común, y su intensidad puede variar según la ubicación y el tamaño de la fístula.

Las fístulas pueden ubicarse en diferentes partes del tracto gastrointestinal, y el dolor suele ser más intenso si la fístula se encuentra cerca de áreas altamente sensibles o áreas con una densidad significativa de terminaciones nerviosas. Por ejemplo, una fístula en el intestino delgado puede causar dolor en el abdomen superior, mientras que una fístula en el colon puede provocar dolor en la parte inferior del abdomen. Fístulas más grandes permiten una mayor cantidad de contenido intestinal, como heces y gas, escapar hacia otras áreas del cuerpo, lo que puede causar más molestias. Fístulas más pequeñas pueden causar dolor abdominal, pero es posible que los síntomas no sean tan intensos. 

Diarrea:

Cuando una fístula está presente, el contenido intestinal, que incluye heces, líquidos digestivos y alimentos parcialmente digeridos, puede escapar del tracto gastrointestinal y entrar en otras áreas del cuerpo a través de la fístula. Esto interrumpe el proceso de absorción normal de líquidos y nutrientes en el intestino, lo que resulta en la producción de heces líquidas y frecuentes, es decir, la diarrea.

Pérdida de peso no intencionada: La fuga de nutrientes y la mala absorción pueden llevar a una pérdida de peso no deseada. 

Descarga de pus o sangre:

Las fístulas anales a menudo se desarrollan como resultado de infecciones o abscesos previos en las glándulas anales. Un absceso es una acumulación de pus que puede formarse cerca del ano. Cuando un absceso se rompe o se drena, puede crear un túnel anormal que se convierte en una fístula anal.

Fiebre: Si una fístula se infecta, puede provocar fiebre y malestar general.

Los síntomas pueden variar de una persona a otra, y la gravedad de la afección desempeñará un papel importante en la presentación de estos síntomas.

Tratamiento de las fístulas intestinales

El tratamiento de las fístulas intestinales depende de varios factores, incluyendo la ubicación de la fístula, su causa subyacente y su gravedad. Algunas de las opciones de tratamiento incluyen:

Medicamentos

  • Antibióticos: En caso de infección, los antibióticos pueden ser recetados para controlar la infección y prevenir su propagación.

  • Medicamentos Antiinflamatorios: En el caso de fístulas causadas por enfermedades inflamatorias del intestino, como la enfermedad de Crohn, los medicamentos antiinflamatorios pueden ayudar a reducir la inflamación.

Cirugía

  • Resección: La cirugía puede ser necesaria para extirpar la fístula y reparar los tejidos intestinales dañados.

  • Drenaje: En algunos casos, se puede colocar un drenaje temporal para permitir que la fístula sane antes de la cirugía.

En el caso de fístulas intestinales causadas por enfermedades subyacentes, como enfermedades inflamatorias del intestino, el tratamiento se centrará en controlar y tratar esa enfermedad para prevenir la recurrencia de las fístulas.

La clave para una recuperación exitosa es la detección temprana y un enfoque de tratamiento individualizado. Con el tratamiento adecuado, muchas personas pueden recuperarse completamente y mejorar su calidad de vida. Las fístulas intestinales pueden ser un desafío, pero con la atención médica adecuada, es posible superarlos y vivir una vida plena y saludable.

 

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